Hoy en día, el aluminio va ganando espacio a muchos otros materiales en los distintos ambientes y construcciones de la vida social y productiva. A medida que se fueron descubriendo las posibilidades y beneficios de este material, son cada vez más los fabricantes que deciden incorporarlo. Por eso, actualmente, podemos ver aluminio en la arquitectura y construcción, en la construcción de herramientas y equipos, en automóviles, en aviones, en barcos, pero, también, en aspectos decorativos.
Podemos decir que, a nivel decorativo, el aluminio presenta una gran cantidad de posibilidades. En función de la textura y el color que se elija, es posible acceder a distintos acabados que permiten que este metal pueda introducirse y encajar perfectamente en todo tipo de proyecto, independientemente de sus particularidades. Por eso, a continuación, te vamos a contar algunos de los acabados más frecuentes del aluminio, para que puedas conocer sus posibilidades.
El anodizado
Ciertamente, uno de los acabados más frecuentes en el aluminio es el anodizado. Se utiliza especialmente para aumentar el espesor de la capa natural de óxido que se desarrolla en la superficie de los metales. en este sentido, el óxido de aluminio tiene características especiales vinculadas a que su capa de óxido naturales uniforme y protectora. Por eso, lo que se busca hacer con el anodizado en este metal es proteger al aluminio a través de una capa artificial de alúmina inherente al material, que genera mayor espesor.
El anodizado se lleva a cabo realizando la inmersión del aluminio en un baño de ácido sulfúrico. Luego, se pasa una corriente de unos 6.000 amperios a 20 voltios, logrando que la capa producida pase a formar parte del aluminio. Luego del proceso, lo que se consiguen son diferentes texturas de la superficie del metal, logrando un acabado que pude ser mate o brillante, en función de cada proceso en particular. Las posibilidades del anodizado son: lijado, pulido y directo.
En lo que refiere a la coloración, el proceso de anodizado permite pintar el aluminio en una gran variedad de colores. Se utiliza coloración por sales, que permite colores como la plata, el inox, el bronce, el negro, el oro, el verde, el rojo y el azul.
El lacado
En lo que respecta al lacado, es una técnica que lo que permite es obtener una gran diversidad de texturas. Un caso es el efecto brillo o mate, como así también el lacado texturizado. Con el proceso de lacado en aluminio, lo que se logra es obtener prácticamente cualquier color posible. Ello, aplicando una pintura de poliéster en polvo sobre los perfiles de aluminio y polimerizando en el horno luego. Es un tratamiento que se puede realizar por inmersión o por aspersión, garantizando en ambos casos que la pintura en polvo se adhiera perfectamente a la superficie metálica.
Si hablamos respeto de los colores, el proceso de lacado también permite una gran diversidad para dos tipos de acabados: mate o brilloso. Se puede aplicar todo color de la carta RAL, mientras que en los texturizados se logran colores de la carta Futura.
El efecto madera
Hoy en día, es cada vez más frecuente encontrar aluminio efecto madera. Se elige especialmente en los casos en que se quiere disfrutar de los beneficios estéticos de la madera, pero con la resistencia y la durabilidad del aluminio ante todo tipo de ambientes y escenarios, como así también ante todo tipo de condiciones climáticas.
Este efecto se logra a partir de la unión entre textura y color. Se trata de un tipo de acabado en el aluminio cada vez más común. Es altamente decorativo y ornamental, pudiendo aplicarse en prácticamente cualquier ambiente o elemento, pero sin perder en absoluto los beneficios que el propio aluminio tiene para ofrecer.